Qué recuerdos tan agridulces me trae Atlanta. Pasé bastante tiempo en casa de los padres de mi amiga Rhonda en Powder Springs, en múltiples viajes a lo largo de los años.
Una cosa sí tengo clara: si tengo que pasar horas en un aeropuerto, quiero Atlanta Hartsfield. No he estado en ninguno mejor. Cierto que el de Dubai es mucho más grande (o lo parece), o el nuevo de Estambul, pero no superan al de Atlanta en mi opinión.
Por desgracia, los malos recuerdos superan a los buenos. Hay muchas cosas que ver en Atlanta y alrededores: el Centennial park, la visita a la CNN, museo de la Coca-Cola, estuve en la inauguración del impresionante Acuario de Georgia, el museo de las marionetas, varios restaurantes memorables: la parrilla, el mejor Mexicano de Estados Unidos, el Longhorn de Ted, varios restaurantes del centro de Atlanta, el majestuoso Piedmont Park, las Smoky Mountains en el norte, el Mall of Georgia con las tiendas de los outlets, el IMAX y el Fry’s en el Buford, Augusta (Disgusta para nosotros) en el sur y la maravillosa Savannah en el sudeste. Hasta un hurricane warning pasé.
Si tuviera la oportunidad de retroceder en el tiempo, habría tomado una decisión diferente a la que tomé en mi penúltimo viaje a Atlanta y lo habría anulado.
Estuve por trabajo el año pasado, y aunque fue un viaje muy agradable y la visita muy positiva, siguen pesando los recuerdos negativos.